20.2.07

Matiz de metal y colores de mercado I











Proyecto
Matiz de metal y colores de mercado


(primera parte)
Abordo la expresión plástica a través de la incorporación de formas y conceptos que sugieran aspectos diversos de la sociedad, de la cultura popular, del mercado económico, imágenes que al mismo tiempo son universales, que significan ideas económicamente dominantes y que muestran cómo se producen dinámicas culturales, plásticas, gráficas y conceptuales.
Los materiales utilizados son: metal, lacas, pintura automotiva, barnices, papel y carteles publicitarios de corte popular. La preguntas en este sentido serían ¿Por qué la utilización de dichos elementos? ¿Qué relevancia tiene su recreación en la obra? ¿Cuál es la relación de los materiales con el discurso gráfico? Las respuestas contienen un cierto grado de complejidad y un estrecho vínculo con la naturaleza de los materiales, con la representación gráfica y conceptual de la propuesta, con la de-construcción y reconstrucción en la nueva obra.
El metal por su propia naturaleza es frío, seco, helado, incisivo, aspecto íntimamente asociado a la frialdad del mercado económico, a la idea de vivir en una sociedad ahogada en el consumo. Por otro lado, el metal también es conceptuado como aburrido, monótono, aspecto contradictorio con el dinamismo mercantil, y que con su utilización se trata de confrontar visiones convencionales. En este sentido, juego con tonalidades metálicas aparentes como una manera de reflejar la dureza de las “formas” del mercado, que en términos generales ofrecen visos sobre mecanismos económicos.
Las superficies se fusionan con el marco. En este sentido, el fondo y el marco se reinventan en un elemento esencial, integrador. Dicha unificación es reforzada por la “invasión” e interposición de elementos gráficos, de áreas coloreadas y de otros datos que coadyuvan a dicha pretensión integradora.
Las lacas automotivas aplicadas sobre el metal generalmente traslucen las imperfecciones propias del material, dejando entrever sus vetas naturales surgidas por la acción del oxigeno, la humedad y la intervención del hombre a través de su mano, dando por resultado diversas superficies de color restituidas al metal. También utilizo lacas frente a otras posibilidades como el óleo, acrílico o aceites, por la uniformidad en el terminado, por la brillantez y por las calidades ópticas y ápticas finales sobre el metal. Dicha apariencia remite a la uniformidad de los productos y la frialdad del mercado.
Los colores aplicados no son cautos con relación a su uso convencional. Domina el rojo, el verde y el naranja, en dialogo con el negro. Un rojo expresivo, rojo aflictivo, cercano a significados de inquietud, ansiedad, zozobra y tribulación. Confrontado con la idea de la expresividad del amor, por ejemplo.
El naranja arroja, recrea el dinamismo social y mercadotécnico, cubre ansiedades colectivas envueltas en círculos de movilidad. El verde aparece reiteradamente como evocación de su signo culturalmente construido: la vida, la esperanza, en confrontación con dicha concepción socialmente inventada. El verde atenuado bajo capas de pintura en la superficie metálica, averigua, va al encuentro de un peculiar reflejo del mercado, de los tintes sombríos emanados del consumismo. Busca constituirse en impresiones y referentes a través de un lenguaje de conceptos.
M6

(continúa)

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